¿Por qué nos asusta dar/recibir feedback?

Las emociones pueden definirse como un impulso que nos hace responder de una determinada manera ante un determinado suceso. Cada una de las emociones básicas o primarias (miedo, asco, tristeza, sorpresa, alegría e ira) que experimentamos han tenido su utilidad para la supervivencia de nuestra especie. Suelen ser más “irracionales” y rápidas. Sin embargo los sentimientos están mediados por la cognición, es decir por el pensamiento, la interpretación de lo ocurrido.

Cuando ofrecemos feedback negativo, es importante conocer que existen una serie de estadios habituales, es decir un recorrido por diferentes emociones, desde la ira hasta el compromiso de cambio.

  1. Ira (por sentirte criticado, traicionado o maltratado)
  2. Negación (negar nuestros errores)
  3. Culpar a otros de lo ocurrido (locus de control externo) Ej. Nadie me lo había comentado mi compañero o, si me lo hubieran dicho, lo habría diseñado de otra manera.
  4. Racionalización (excusas o buscar causas que justifican nuestro comportamiento). Ej: tengo mucho trabajo últimamente, no duermo lo suficiente…
  5. Aceptación: Nos reconocemos responsables. Es el momento en el que tenemos una escucha y actitud idónea para el cambio
  6. Compromiso con el cambio: es lo que permite cerrar el círculo y permitir que el feedback recibido sea efectivo.

En el caso de quedarte anclado en alguna de las fases, hace que el feedback no sirva y por lo tanto sea imposible el crecimiento. Expresar tus emociones de forma asertiva en cada fase puede ayudarte a seguir con la siguiente.

❤️ La responsabilidad afectiva es…

actuar teniendo en cuenta los sentimientos, emociones y pensamientos de las personas con las que interactuamos. Siendo conscientes de que podemos provocar efectos positivos o negativos en la otra persona. La responsabilidad afectiva se puede aplicar a cualquier tipo de relación.