Como hemos comentado el feedback es un elemento esencial en el crecimiento personal y profesional que nos ayuda a mejorar y tener relaciones más positivas con los demás. Pero, sobre todo, nos ayuda a liderarnos a nosotros mismos. Conocer mejor como funciona la cognición y comportamiento humano, nos ayudará a comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, y por ende a dar y recibir feedback con más preparación.

3.1. Efecto Halo

El efecto halo es uno de los sesgos cognitivos más conocidos de la psicología y que podemos observar con frecuencia en la vida cotidiana.

💡Un poco de historia: Este término fue acuñado en 1920 por el psicólogo Edward L. Thorndike a partir de sus investigaciones con el ejército, cuando observó que los oficiales atribuían una valoración positiva en ellos partiendo a menudo de una sola característica, de un solo rasgo observado. O por el contrario, atribuían características generales negativas cuando vieron en sus superiores una cualidad no tan adecuada en un momento dado.

El efecto halo consiste en la realización de una generalización errónea a partir de una sola característica de una persona. Es decir, realizamos un juicio previo a partir del cual generalizamos el resto de características. Si lo pensamos bien este tipo de sesgo es algo que aplicamos muy a menudo casi sin darnos cuenta. Lo hacemos cuando vemos, por ejemplo a alguien atractivo y asumimos (de forma inconsciente) que también su personalidad nos resultará igual de agradable.

Sin embargo, lo bello no siempre es bueno ni un solo rasgo es suficiente para trazar una idea general y absoluta sobre una persona o dimensión. El efecto halo nos lleva a inferir características a partir de muy poca información, es decir, presuponemos, valoramos e incluso llegamos a concluir determinados datos sin saber lo peligroso que puede resultar en ocasiones algo así.

Lo hacemos eso sí, sin la mala intención. No buscamos etiquetar ni juzgar a la ligera pero lo hacemos por un hecho del que tampoco somos siempre conscientes: nuestro cerebro necesita hacerse una rápida idea sobre aquello que le rodea. Quiere saber de qué o quién puede fiarse, quién le ofrece seguridad y de qué es mejor mantener distancia. De ahí que le baste a menudo una sola característica para hacer una inferencia general (y a menudo poco acertada).

Por ejemplo, si tengo que recibir feedback por parte de Ernesto, lo conozco relativamente poco, y me han comentado los compañeros que es responsable, probablemente también piense que es comunicativo, educado y puntual. Por lo que afrontaré el feedback desde un tono positivo. Si por el contrario, me han informado que Amparo es bastante callada, pensaré que es tímida, que está aislada, qué le interesa poco hacer equipo. Por lo que iré a dar feedback con unas expectativas algo más negativas.

3.2. Sesgo de confirmación

¿Alguna vez te has parado a pensar de dónde vienen tus opiniones y creencias? Probablemente pienses que tus convicciones son el resultado de años de experiencia y análisis objetivos de la información que tienes disponible. Pero la realidad es que todos nosotros caemos en un error muy común que nos pasa totalmente desapercibido y que se llama sesgo de confirmación.

Aunque nos gusta imaginar que nuestras opiniones son racionales, lógicas y objetivas, lo cierto es que muchas de nuestras ideas a menudo se basan en el hecho de que prestamos atención de forma selectiva a la información que verdaderamente defiende nuestras ideas, a la vez que ignoramos inconscientemente aquella parte de la información que no comulga con nosotros. Lo que es lo mismo: vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír.

En la década de 1960, el psicólogo cognitivo Peter Cathcart Wason realizó una serie de experimentos con los que demostró que las personas tienden  de forma natural a buscar información que confirme sus creencias existentes. Lamentablemente**, este tipo de sesgo puede impedirnos mirar las situaciones objetivamente** . También puede influir en las decisiones que tomamos y llevarnos a hacer elecciones deficientes o defectuosas.

Un sesgo de confirmación es un tipo de sesgo cognitivo  que implica la tendencia a buscar y considerar de forma más intensa y selectiva aquella información que confirme lo que ya pensamos. Por lo tanto, interpretamos más positivamente aquellos hechos que básicamente respalden nuestras opiniones previa. Se trata de un prejuicio cognitivo que nos incita a seguir de acuerdo con nuestras creencias para así evitar entrar en contradicción con nosotros mismos.

Es importante conocer y tener presente este sesgo a la hora de dar y recibir feedback, intentar partir de cero y analizar toda la información de forma objetiva, ya que sin duda influirá en el prejuicio que realizamos de esa persona y por ende de la relación y vinculación que hagamos con esta durante el feedback así como la propia interacción y comunicación durante el momento de la retroalimentación. Por ejemplo, si el concepto que tengo de Matías es que es muy contestón y altivo, es probable, que si no hago un esfuerzo por ser consciente de este sesgos, buscaré durante la conversación cualquier atisbo que me lleve a reconfirmar mi creencia e ignoraré aquellas otras intervenciones que se salgan de esto. Como consecuencia el feedback se volverá molesto e incómodo.

3.3. Sesgo de Negatividad