1. “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

Cuán normalizado tienes este refrán y cuántas veces lo has escuchado de tus generaciones anteriores e incluso te has podido advertir diciéndolo en alguna ocasiones. ¿Por qué?

<aside> 💡 Tu cuerpo es cambio. Tus células se renuevan constantemente, cada 7 años tienes células totalmente diferentes, cada 24 horas se renuevan tus células del páncreas y el 98% de las células de tus neuronas también se renuevan cada 28 días. A nivel evolutivo todo es constante cambio también, ¡desde que naciste! lo cual supuso tu primer cambio de contexto, de estar en la barriga de tu madre a salir al exterior. Te salen dientes ¡También se te caen!, vas al colegio, cambias de colegio, cambias de hogar, vives nuevas experiencias, envejeces, TODO es cambio. Es un proceso natural.

Entonces, ¿Por qué? ¿Por qué ese miedo o resistencia al cambio? ¿Por qué preferimos lo malo conocido a lo bueno por conocer?

</aside>

🤔 En este punto me gustaría lanzarte otra pregunta: ¿Has sentido miedo alguna vez? ¡Seguro que si! ¿Qué sentías física y emocionalmente?

Todo lo que has respondido está ligado 100% con la parte más primitiva de tu cerebro. Este se activaba para producir cambios en tu organismo: se dilatan tus pupilas, late tu corazón más deprisa, la sangre aumenta su capacidad de coagularse por si se produjera alguna herida y los circuitos sanguíneos se reactivan y fluyen con mayor velocidad, especialmente hacia las extremidades (para prepararte para la huida) y hacia el cerebro (para mejorar la toma de decisiones y pensar con mayor rapidez). ¿El objetivo? Te preparaba para lo que iba a suceder, pelear o huir del león.

****El miedo, por lo tanto, no es más que un mecanismo de tu cerebro, con muchos años de evolución, que te prepara física y mentalmente para prever cuestiones inesperadas, para prevenir posibles peligros, y prepararte en definitiva para situaciones de incertidumbre y para la toma de decisiones (tu actual león).

Por lo tanto, esta emoción es neutral en dosis gestionables, es una solución fisiológica necesaria y normativa para actuar ante determinas situaciones. Se vuelve bloqueante o negativa cuando la intensidad es tan alta que no te permite buscar soluciones o ver nuevas alternativas. Aparece habitualmente ante peligros reales o imaginados. Puedes estar al borde de un precipicio sin sistemas de anclajes y un resbalón puede llevarte al abismo, lo que sin duda es un peligro real, o puedes estar imaginando que mañana tu pareja te va a dejar sin que eso haya sucedido aún, y estaríamos ante un miedo imaginario (¡Ojo! el 80% de nuestros miedos son imaginarios). Pero también ante situaciones de tal incertidumbre que desconoces por completo el nuevo panorama que se te plantea.

****Cuando te enfrentas a una situación conocida, no significa que no existan problemas u obstáculos. Sabes que existen, pero tienes identificadas las dificultades y puedes hacerte una idea de cómo vas a solventarlas y qué herramientas necesitas. ****

Sin embargo, ante una situación desconocida, como puede ser la implementación de una nueva metodología de trabajo, realmente tu mente no puede prever, con la misma certeza que si hubieras vivido la misma situación o una parecida, con qué problemas te vas a encontrar. Y si los prevés puede que no tengas claro cuáles son las herramientas a usar, ni las has puesto en práctica para saber si van a tener eficacia**. Y es justo esta cuestión, la falta de certidumbre, la que genera el miedo y tu cuerpo se prepara para los posibles peligros.**

Por ejemplo, al aplicar una nueva metodología de trabajo puedes tener miedo a que algunas reuniones no sean útiles y entonces con ello podrías estar perdiendo el tiempo. Y ante esa situación, como es la primera vez que realizas este tipo de reuniones, no sabes realmente qué es lo que tendrías que hacer ante esta situación. Y si se te ocurriera una solución, o alguien con experiencia te la comenta, realmente no tienes la certeza de que vaya a funcionar. ¿Por qué? Porque no lo has vivido. La clave está aquí, en que no eres capaz de prever el nuevo escenario.

Aquí te planteo dos posibles escenarios:

  1. Una compañera que lleva trabajando en la misma organización desde hace 10 años, siendo este su primer y único trabajo. Le anuncia que van a cambiar la forma de trabajar en cuanto a metodología y en cuanto a su equipo.
  2. Una compañera que lleva en la organización 1 año, este es su tercer trabajo estable pero lleva desde joven trabajando en cualquier cuestión que le permitiera seguir estudiando. Está acostumbrada a trabajar en diferentes metodologías y a cambiar de equipo de trabajo con asiduidad. Desde la organización se le propone cambiar de metodología, y se muestra bastante abierta ya que comenta que es muy parecida a la optimización que hicieron en su empresa anterior. E incluso se aventura a dar consejos sobre aquellas dificultades que se podrían presentar en base a su experiencia previa. Además tiene una reunión con su manager, la cuál le proporciona un roadmap con los pasos que se pretende dar.

¿Quién crees que tendrá más posibilidades de sentir miedo y desconfianza en mayor medida? ¿Quién crees que puede preferir lo malo conocido que lo bueno por conocer?

🤔Ante este contexto, ¿Cómo prefieres llamar a esta situación que estamos planteando? ¿Resistencia al cambio o miedo a lo desconocido? Yo tengo por seguro la segunda, que sin duda es la opción que te permitirá seguir avanzando.