El trabajo doméstico fue casi el único trabajo remunerado para las mujeres a lo largo de los siglos XIX y principios del XX.
Los hombres eran los cabezas de familia, los que sustentaban la economía familiar. Las mujeres burguesas eran dependientes del marido y contaban con servicio para realizar las tareas domésticas. No podían votar, ni ir a la universidad, ni ejercer profesiones que requerían de alguna formación específica. No podía pedir créditos, ni controlar su propiedad, ni tenía el control legal sobre su descendencia.
En 1851, un 40% de mujeres inglesas en edad de trabajar ejercían de criadas. La mayoría provenían del ámbito rural, adolescentes y sin cargas familiares para asegurar su plena dedicación.
La desigualdad de la mujer con respecto al hombre en derechos ha sido evidente durante mucho tiempo, y aunque el feminismo ha avanzado, tardará algún tiempo aún en convertirse en una realidad.
A día de hoy existen diferencias sobre el tipo de contrato, duración de la jornada y salarios, así como su repercusión en las pensiones, existiendo una gran brecha de género tanto en la calidad del empleo como en su retribución.
Así, en lo que respecta al tipo de contrato y la jornada laboral, las mujeres soportan un 5 % más de temporalidad que los hombres, pero la diferencia se acusa más cuando nos detenemos en la duración de la jornada, ya que el 74,5 % de los contratos a jornada parcial corresponden a mujeres.
Fuente: Conferencia Internacional “Trabajo y Salud en la mujer”, organizada por el Instituto de Sindicatos Europeos (European Trade Union Institute, ETUI)
El trabajo de jornada a tiempo parcial implica menor salario no solo por el número de horas trabajado, sino también porque las horas de los contratos parciales están peor remuneradas. De hecho, analizando el salario medio de las mujeres en función de su tipo de jornada, aquellas que trabajan a jornada parcial cobran un 40% menos por hora que las mujeres que trabajan a tiempo completo.El 30% de las mujeres que trabajan en la UE tienen jornada parcial, siendo España e Italia dos de los países más próximos a esta realidad, con un 25% y un 30% de parcialidad femenina respectivamente. Holanda es el país con más parcialidad (50%) del conjunto de la UE.
Trabajar con jornada parcial en la gran mayoría de casos no responde a algo deseado por las mujeres, sino que responde a situaciones de diferente naturaleza:- 38 % alega tener que cuidar de menores y de personas enfermas.- 29% manifiesta no poder encontrar empleo a jornada completa.Con especto a la retribución por tipo de contrato, las horas que menos se pagan son las de los contratos temporales con respecto a los indefinidos. Las mujeres tienen menos contratos indefinidos y menos jornadas completas.
El porcentaje de mujeres con contratos temporales en la UE ha ido en ligero descenso en los últimos años, llegando a representar el 15% del total de personas empleadas en toda la UE.• Entre la población asalariada indefinida a tiempo completo el salario de las mujeres debería aumentar un 15% para equiparse al de los hombres.
Las mujeres siguen orientadas hacia empleos “femeninos” relacionados con las profesiones de menor cualificación, a pesar de que entre la población ocupada hay más mujeres que hombres con educación superior.
Las profesiones más feminizadas son las que presentan más trabajo parcial, como la limpieza, la hostelería y el comercio, seguido de las actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento.
En cuanto a los puestos dentro de cada sector, destaca con menos trabajo parcial el de los directores y gerentes.