El estallido del teletrabajo y sus notables beneficios

L*a pandemia de la COVID-19 trajo consigo un aumento masivo y forzado del teletrabajo. Según un estudio de la ONU y la OIT, ***la proporción de personas que trabajaban desde casa se disparó del 11% al 48%.

Este cambio, en un primer momento, parecía ofrecer beneficios evidentes, como la posibilidad de mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal. Con la eliminación de los desplazamientos diarios y una mayor flexibilidad horaria, la población trabajadora podía gestionar su tiempo de manera más eficiente, dedicando así más espacio a su vida familiar y personal.

Aparentemente, el teletrabajo ofrecía una vía para reducir el estrés vinculado al entorno laboral tradicional, como las tensiones del tráfico, las interrupciones constantes en una oficina o la falta de conciliación. Además, el hecho de poder tener control sobre el espacio y ritmo de trabajo generaba una mayor sensación de autonomía y satisfacción, lo que en muchos casos se traducía en una disminución del absentismo laboral.

Pero no es oro todo lo que reluce: las debilidades del teletrabajo

especialmente para las mujeres

A pesar de estas ventajas aparentes, no todo resultó positivo. Un estudio del Observatorio de Liderazgo en la Empresa de la UPF-BSM, titulado "La sobreconexión digital en la empresa afecta especialmente la salud de las mujeres", reveló que, dentro del colectivo profesional, las mujeres estaban enfrentando desafíos complejos en este nuevo entorno laboral.

¿Por qué esta disparidad?

La respuesta radica en las profundas desigualdades de género arraigadas en nuestra sociedad. Si quieres profundizar, puedes repasar nuestro Taller de Igualdad: Conceptos Básicos .

Aunque los hombres están cada vez más involucrados en las tareas de cuidado y las labores del hogar, las estadísticas revelan de manera contundente que la mayor parte de esta carga sigue recayendo sobre las mujeres.

Este fenómeno, que contribuye a una mayor precariedad laboral y una peor empleabilidad para las mujeres, ha sido objeto de estudio por parte de diversas organizaciones que han analizado cómo se distribuyen estas responsabilidades entre hombres y mujeres.

Doble esfuerzo por parte de las mujeres en el cuidado de menores y mayores

El Centro de Investigaciones Sociológicas realizó en noviembre de 2023 una encuesta sobre percepciones de igualdad entre hombres y mujeres, así como sobre estereotipos de género y la distribución de las tareas del hogar y el cuidado de personas dependientes.

De esta investigación se desprende que, en un día laborable, las mujeres dedican, en promedio, 172 minutos (casi 3 horas) a las tareas domésticas, mientras que los hombres invierten 126,76 minutos (aproximadamente 2 horas). Al analizar el cuidado de los hijos, la diferencia se acentúa: las mujeres dedican 412,25 minutos (6,7 horas) a esta labor, en comparación con los 228,88 minutos (3,7 horas) de los hombres.

En el caso del cuidado de personas dependientes, aunque el tiempo se equipara, las mujeres aún dedican más tiempo (364,69 minutos, alrededor de 6 horas) que los hombres (314,11 minutos, cerca de 5 horas).

Mujeres (min/día) Hombres (min/día)
Tareas domésticas 172 min 127 min
Cuidado de los hijos 412,25 min 229 min
Cuidado de personas dependientes 364,69 min 314 min

Más del 50% de las mujeres españolas realiza la mayoría de labores domésticas (frente al 4% de hombres)