Sin embargo, puede ocurrir que no se disponga de tal equipamiento específico y se tenga que improvisar un espacio. Por ello, se facilitan a continuación una serie de recomendaciones para configurar un puesto de trabajo y adaptarlo lo mejor posible a condiciones ergonómicas adecuadas.
Sitúa el puesto en paralelo a las ventanas y no de frente o de espalda a ellas.
El espacio de trabajo debe permitir los movimientos y cambios de postura.
Deja espacio suficiente para moverte cómodamente (1,15 m libres detrás de la mesa).
Evita luminarias muy brillantes dentro del campo de visión.
Si la superficie de la mesa es brillante, utiliza un mantel o tela para cubrirla.
Agrupa los cables de equipos para evitar que estén en zonas de trabajo o de paso.
Las fuentes de luz no deben provocar deslumbramiento directo ni reflejos en la pantalla o mesa.
Es conveniente disponer de soporte de documentos, en aquellos puestos que conlleven tareas de introducción continua de datos.
Acerca la silla a la mesa y, si puedes, ajusta su altura hasta que la mesa quede a la altura de los codos.
Mantén el apoyo lumbar, regulando el respaldo. Si no es regulable, puedes utilizar un cojín.
Mantén el tronco erguido, y la columna recta, apoyando la espalda sobre el respaldo.
Apoya los brazos, formando un ángulo recto entre brazo y antebrazo.
Si no apoyas los pies en el suelo, utiliza un reposapiés (en su defecto, puedes usar carpetas o cajas de zapatos).
Siéntate ocupando la mayor parte del asiento y sitúate frontalmente a pantalla y teclado.
Sitúa la pantalla con su borde superior a la altura de los ojos a una distancia mínima de 55 cm (puedes utilizar un paquete de folios para elevarla) y un teclado independiente en caso de usar portátil.
Coloca el teclado a unos 10 a 15 cm del borde de la mesa para poder apoyar las muñecas.
Reserva las zonas más accesibles de la mesa para el ordenador y espacio para trabajar.
Evita acumular demasiados papeles sobre la mesa.
Coloca los accesorios en zonas que no resultan útiles para trabajar.
Cada herramienta o dispositivo de trabajo dispone de sus propias características por lo que nuestra postura debe adaptarse a estas:
El trabajo continuado con ordenadores puede generar trastornos músculo-esqueléticos (TME). Es por ello que es conveniente hacer alguna pausa en la que poder realizar ejercicios que ayuden a reducir la fatiga física, mental y visual, el estrés y prevenir TME.
Por ejemplo, a nivel físico y postural, conviene no trabajar sentado mucho tiempo seguido y destinar unos minutos a levantarse y hacer otras actividades. Mientras que a nivel visual, cada cierto tiempo conviene dejar de mirar la pantalla del ordenador o dispositivo para cambiar la distancia focal y realizar alguna actividad que te permita descansar tus ojos y que te ayuden a reducir tu fatiga visual.
A continuación facilitamos algunos ejercicios para mejorar tu salud postural:
Manos y muñecas
Espalda
Hombros y brazos
Cabeza